Ayer fue un día fantástico de playa, yo no soy muy asiduo pero reconozco que fue genial, solo objetar el color de piel que he cogido en sitios realmente curiosos, exactamente donde la capa de bronceador es más bien escasa, el cogote, el empeine de los pies, la parte trasera de las rodillas, que no tengo ni idea como se llama… La verdad es que son zonas de mi cuerpo que no pienso mucho en ellas, y ahora las tengo en la mente constantemente. Hay bastante controversia si es color gamba o color coral, ya se que los tios no tenemos un abanico de colores muy extenso, pero por lo que duele yo diría coral.
Tenemos seis horas de carretera hasta el lago Temple donde daremos una vuelta en un bote para visitar las casas flotantes y ver a los pescadores con sus redes.
A nuestra llegada comemos rapidamente un arroz especial de la casa, y claro, por aqui especial es el huevo frito que lo coronaba, vamos un arroz a la cubana.
Nuestro guia con perilla nos lleva al barco, otro show para montarnos, la verdad que son canoas y cuando me monto…. se mueve como el balance.
Paseo precioso, el atardecer es impresionante en el lago, las casas flotantes, la vida en palafitos que se trasladan buscando los peces. Es dificil describir la belleza del lugar mezclado con una forma de vida que no es compresible para los urbanitas. Luz según el día, siempre en barca, no me puedo imaginar siquiera como se arreglan en el día a día, pero tienen pollos y no se les ahogan, los chavales van a buscar a sus novias en bote en vez de en la moto…muy complicado vamos. Tras este paseo maravilloso de regreso al hotel, que mañana vamos a Tana Toraja a ver si llegamos al mercado de búfalos.