Aquí estoy de nuevo. Dos días sin poder escribir nada.
El día en Pokhara fue un día tranquilo, poco que hacer si no era descansar, pasear, tomar algo, es una ciudad de mucho ambiente y hay vida a todas horas. A primera hora subo al mirador de Satangkot para divisar el lago, nublado, no se veía nada, pero bueno, había una antena de telefonía en lo alto muy interesante, así que decidí volver a la ciudad y buscar un buen mecánico para que realizarle un repaso a la Royal. Tras pasar por un par, me recomiendan uno especialista en budget. Le pido engrasar cadena, aceite, tensar embrague, bajar la altura del freno de pie, y sobre todo, limpiar el filtro de aire que esta imposible. Tras tres horas y por la módica cantidad de 8 euros ya la tengo rejuvenecida un poco, le va hacer falta.
Al llegar al hotel de vuelta pasa algo curioso, un cuervo se posa en un transformador, nunca había pensado que les podía dar calambre a los pájaros pero éste algo hizo mal. El transformador exploto como si fuera un cohete de fiestas, y ala, el pájaro achicharrado, y nosotros sin luz, sin wifi, sin ascensor…, menos mal que tienen unas luces en todas las habitaciones que les llaman de emergencia para estos casos, así que ves pero no puedes cargar nada que tenga batería.
Mañana será otro día.
Ya ha llegado mañana…
A las seis estoy abriendo la cafeteria para desayunar. A las seis y media en la moto.
Estoy un poco nervioso, es el primer día fuera de carretera y me han pronosticado seis horas un poco tensas. Quiero llegar a Totepani, un pueblo con un manantial de aguas termales que es bastante importante para la zona. Se prevé algo de lluvia en la zona, así que quiero aprovechar el buen tiempo de la mañana.
El camino es precioso, me encuentro algún problemita de atascos y esas cosas, ya que al ser carreteras en muchos tramos de un solo carril, en cuanto se cruzan dos autobuses, camiones o la combinación que queramos, ya esta liada.
Estoy un rato esperando y algo me llama la atención, se mueven cosas en una furgoneta de la caravana
Son gallinas, y están formales. Me acerco, pero que bien se portan!, mejor que los niños de viaje. Que va, una se intenta escapar y están atadas cada una por una pata. Yo que pensaba adoptarlas…
Sigo carretera, ya se ha acabado el asfalto, la moto traquetea constantemente, cada vez tiene más ruidos, para va como una jabata. Choco con alguna piedra y no se queja, me sorprende que aguante la caña que le estoy metiendo, algunos tramos de barro, un par de rios que hay que vadear, y sigue perfectamente, ya me estoy dando cuenta que por mucho que me meta con ella está más en forma que yo.
Sólo queda seguir y seguir… una cabra me mira, tiene algo escrito en los cuernos, será algo como -me venden- o -soy el demonio y ya vas a ver lo que espera-
Definitivamente la cabra era el demonio advirtiéndome lo que me esperaba, a las seis horas exactas llego a mi destino TATOPANI, por fin, donde está el hotel, en lo alto del pueblo, hay un caminucho, tengo que dejar la moto abajo y subir andando por unas escaleras como sólo hay en Nepal. Llego al hotel, mi habitación por favor! tercer piso, no hay ascensor ni nada parecido de hecho…. No hay luz, quizás más tarde. y wifi? pregunto, que no hay luz! a vale, es que estoy muy cansado.
Me pregunta el dueño del Hotel, donde has dejado la moto?, abajo, pero sábela por el camino… ni de coña! ya te la sube mi hijo..y si la subió, pero… a ver como la bajo mañana.
Llego cubierto de polvo, es como si fueran cristalinos, las gafas las baño conmigo, sí Nerea y Valen, mis ópticos de confianza me vieran…, pero es que me da miedo pasarles el trapo, este polvo parece que raya cualquier cosa.
Bueno ya estoy casi nuevo voy a dar una vuelta y a las nueve a dormir, sin luz poco puedo hacer y mañana quiero estar en carretera pronto.
Empieza a llover, esa cabra…