Pues ya estamos en Osh. Tras un camino un poco accidentado, ya hemos cruzado el país y estamos en esta antigua ciudad. La población de esta zona es mayoritariamente Uzbeka, y se nota. Sus rasgos son menos mongoles y más árabes. Se ven más mezquitas y aunque aún no hemos visto a nadie rezando ni oido las llamadas a la oración, de alguna manera se nota la influencia.
Osh tiene más de 3000 años y dicen que es más antigua que Roma. La verdad es que no se encuentran vestigios de la época así que es difícil de decir.
A las 10 de la mañana ya estábamos en el bazar de la ciudad, tiene fama de ser enorme y no queremos perdérnoslo. Bueno, pues debo decir que aquí no madrugan mucho y está todo cerrado o en proceso de apertura, nos dicen que a partir de las once estará más animado.
Para que nos digan nada, hoy hemos ido a visitar el Museo de la Cueva de Suleiman. Está en una montaña en el centro de la ciudad, hay que subir unas cuantas escaleras y hoy está lloviendo, así que hemos tenido un mérito enorme (aunque no se nos reconozca en su justa medida), de visitar este museo. Sin ánimo de ofender es bastante cortito y a no ser que se sea creyente, ya que se dice que aquí dio un discurso el mismísimo Mahoma, no tiene demasiado interés,. La entrada de 150 som no está justificada, pero hoy hemos decidido no dejar pasar la oportunidad dada la antigüedad de la ciudad y que Kyrgiztan no ofrece demasiadas atracciones culturales.
Tras la visita vamos a una cafetería a calentarnos un poco, un cafecito y de nuevo a la calle. Vamos andando de nuevo al bazar atravesando un parque. Nos llama la atención la multitud de atracciones que hay para los niños, norias, pulpos, un poco de todo, incluso un avión que no sabemos mucho que pinta en el parque, pero lo consideran una atracción. También hay un montón de casetas de tiro al blanco con regalos y muñecos de esos para darle un golpe y que te de puntos. Es un parque de atracciones en miniatura, hay algún bar, una casa del terror. El otoño a llegado y hace estragos, muchas atracciones están cerradas y llenas de hojas lo cual da un aspecto un poco tétrico, y casi esperamos que salga el payaso de IT por alguna parte.
Al finalizar el parque ya estamos en el bazar. Ya está todo abierto, mucha ropa, zapatos, nada para el turista, así que vamos a la zona de comida, y tras probar un poco decido comprar un poco de miel para Ane, que a veces parece un oso después de hivernar.
Seguimos de paseo, toca el turno de comprar el pan, no sólo están buenísimos sino que son bonitos, les dan forma de flores y los adornan con sésamo tostado.
Nos damos cuenta que Nurti ha conseguido ligar, la panadera le hace ojitos, así que le compramos los dos panes a ella para que vea que sus atenciones no ha caído en saco roto. Tras unas risas y una foto nos vamos a otros lares.
Sólo nos queda visitar la estatura de Lenin y volver al hotel a usar la sauna rusa y la piscina que nos lo merecemos.
Y para aquellas mentes mezquinas que pensaban que había dejado a Unai sólo con Kuba cuando estaba un poco cargado, que sepan que yo también tuve que disfrutar de nuestro buen amigo Kuba en Tash Rabat y además con gorrito.