Ya estoy más cerca de las montañas más altas del mundo y aunque hoy ha sido un día de transición, siempre es una gozada volver a Pokhara.
De Gorkha a Pokhara ha sido un viaje tan cómodo como lo puede ser por la carretera rápida. Osea, sin contratiempos. De nuevo un sinfín de camiones, autobuses, tractores y cualquier cosa que pueda rodar por la carretera, por supuesto, como no hay arcenes y solo un carril en cada sentido, los autobuses, que los hay a cientos, paran en mitad de la carretera a pillar pasajeros, y tú con ellos, varios a atender sus necesidades fisiológicas, también parados en mitad, vamos un horror.
Como en este viaje no me acompaña mi compañero de fatigas Tatín, he tenido que tomar una serie de medidas para corregir mis habituales manías. Lo primero, he decidido solo escuchar música de albunes completos, nada de aleatorio, así cuando se acaba la música tengo que parar a ponerlo de nuevo y así se que tengo que descansar. En ese momento debo beber algo de agua, ya que conduciendo casi no te das cuenta de que te deshidratas y ya tuvimos una mala experiencia en nuestro viaje a Vietnam. Y finalmente, compruebo el equipaje, que no se ladee ni se suelte.
La moto….. bueno pues es un poco sonajero. De momento funciona todo o casi todo. Ayer cuando conseguí acostumbrarme al tráfico y pude quitar los ojos de la carretera, se me ocurrió mirar a que velocidad iba. A 0 km, vamos, que no funciona el velocímetro ni el cuentakilómetros. No lo había mirado ni una vez hasta ese momento. Seguro que el de la empresa de alquiler se cree muy aguililla habiéndolo desconectado para que parezca que tiene menos kilómetros, pero no creo que consiga nada a no ser que tenga más de 1 millón que es lo que aparenta.
En Pokhara poca cosa que hacer, comer un poquito de carne de Yak en el restaurante Maya, y mañana ire al Moondance, no hay que perder las tradiciones.
Se nota que estamos en el Himalaya, en cinco minutos se ha puesto negro el cielo, media hora de rayos, truenos y lluvia torrencial y se acabó. Ha despejado e nuevo.
1 Comment
koldo, me encanta leer tu blog!
Creo que es muy duro estar todo el trayecto pendiente de la conducción de los demas. Leyéndote, consigues que todos los días sonría.
Gracias!