YA ESTOY EN LUMBINI.
Que podemos decir de este pueblo, es curioso de antemano. Es conocido en el mundo entero por haber visto nacer a Siddartha Gautama, o como le conocemos los profanos Buda.
Al llegar esperaba encontrarme una multitud de monjes paseándose por el lugar y un pueblo dedicado a la histórica figura. Nada mas lejos de la realidad. En la calle central del pueblo se concentran los hoteles y restaurantes, no hay muchas tiendas de souvenirs, nada que indique lo importante del lugar para una de las doctrinas religiosas, más extendidas del mundo.
Enseguida nos encontramos una extensión bastante grande cercada por un muro. Tiene varias puertas de acceso, y cada una de ellas nos llevarán a los diferentes templos que tienen los países dentro del recinto. Lo más recomendable es alquilar una bici en el pueblo y pasearse por las calles interiores del parque, aunque es posible alquilar un Tuk Tuk, personalmente creo que para hacer andando en un día un poco caluroso es muy largo el camino, en ese caso, llevad agua, la necesitareis.
Mi primer templo es el templo de la Paz, quizás, el más representativo de todos y visita obligada.
Tras esta Stupa, sigo recorriendo templos, el de Thailandia, el de Japón, el templo chino dedicado a Buda.
Aquí me vuelvo a encontrar con un monje que me persigue por todos, no se que le ha dado, le gusta mi barba dice, y me saluda todo el rato, él va en coche, yo en moto, intento alterar el recorrido pero su sexto sentido adquirido seguramente en muchos años de meditación le permite leerme la mente y encontrarme sin problema.
Decido poner pies en polvorosa e ir al templo Hinduista que hay en la zona, que seguro que allí ya no le interesa tanto ir. Al llegar se vuelve a notar la influencia de la cercanía con India, multitud de puestos y tienduchas de recuerdos baratos se agolpan en el camino.
Decido que ya he tenido suficientes templos, mañana debo regresar a Pokhara para continuar a Kathmandu donde ya entregare la Royal Enfield y volveré a casa.