Esto se acaba, ya solo queda desandar el camino, Lumbini a Pokhara, la misma carretera, buen tiempo, muy a gusto, preciosas montañas, todo perfecto. Dormir en Pokhara y como no hay cara sin cruz, Pokhara Kathmandu lloviendo toda la noche, hace una parada a las seis de la mañana, me preparo como un rayo y a las seis y media ya estoy en la carretera, sabia decisión, tengo una ventana de dos horas sin lluvia, a partir de ahí, un horror, barro, camiones, autobuses, imposible ver nada lloviendo y en estas carreteras la intuición de por ahí debe ser no es muy fiable, te comes algunos baches en los que podrías desaparecer. las gafas llenas de barro, imposible limpiarlas. La llegada a Kathmandu es alegre, por fin! ya he llegado, hotel, ducha, descansar.
Devolver la moto, que tal se ha portado? genial! es un tractor de lo más fiable.
Ya sólo queda el avión de vuelta a casa, las horas se hacen largas hasta que llega el momento de embarcar, pero a los que nos gusta viajar ya sabemos que es un mal por el que hay que pasar de forma obligada, el peaje de disfrutar de lugares lejanos.
Nepal me deja un sabor dulce como siempre, las dificultades superadas y las no superadas también, se mezclan con la amabilidad de su gente, la visión es muy positiva, aunque creo entender un poco más a los masoquistas. He disfrutado cada momento de tortura que me ha dado este país.
Gracias Nepal, gracias, Narayan, Gracias Nim, gracias a todos los que me habéis ayudado en este viaje
NAMASTE