Otra noche de lluvia, pero por la mañana buen tiempo, niebla, pero bien. Tras un desayuno con un par de quesitos la vaca que rie, que será la más internacional de las vacas españolas, salimos en dirección al Dong Van. Es una zona protegida y patrimonio de la Unesco por unas formaciones rocosas que tienen las montañas, son muy escarpadas y es asombroso como planten maiz entre las rocas y sobre todo que luego crezca.
La carretera es preciosa, muy curvado pero el piso en la mayoría de sus tramos es aceptable, nos proponemos no ser tan histéricos y hacer más paradas, al menos para beber un poco de agua que ayer conseguimos comprar. Sabemos que bebemos poco agua y sudamos mucho, así que Tatín propone parar cada 30Km. Vamos, ni de coña, con lo que me cuesta subir y bajar de la moto, es que además de alta está la mochila y yo hace muchos años que deje lo de los bailes rusos. No obstante tiene razón y acordamos parar más a menudo.
Encontramos varios pequeños pueblos por el camino, parecen estar más acostumbrados a los turistas, aunque siguen saludando no se si por lo exótico de los pilotos o por que las motos molan. Nos toca repostar y paramos en una delegación de Petronor en Vietnam, si se entera Josu Jon Imaz….
Nota: fijarse en el paraguas, no es por la lluvia, es para el sol… a tener en cuenta como medida de seguridad para almacenamiento de combustibles.
No se cuantos puertos llevamos subiendo, si subiendo, bajando muy poco, y cada vez que coronamos uno encontramos un pueblo y un nuevo valle, o meseta no se como llamarlo, ya que hay otros montes más altos que los anteriores. De repente viene la lluvia.
Paramos a ponernos el poncho, que claro yo que soy un poco cagueta lo llevo a mano, pero tatin en la bolsa, siempre tiene más fé, hay que solar pulpos,..red… para cuando nos los ponemos ya llueve a cantaros, salimos con las motos, 100 metros y ni gota, no está ni mojado el suelo. Que país! si se decide que llueve que llueva, asi no hay manera de acertar.
Bueno ya estamos cerca de Dong Van asi que no nos importa mucho y seguimos con el poncho hasta nuestro hotel.
Ducha y salimos a comer, es pronto, sobre las tres, todo cerrado, unos paisanos en un cafe nos invitan a té, preferimos una cerveza que venimos con la tensión baja, nada, que es que cierran para comer y la siesta hasta las cinco y que si queremos té gratis con ellos de tertulia vale y que sino, pues ala… Nos tomamos el té, un cigarrito y a pasear de nuevo.
EPAAAAAA, un muchacho haciendo pintxos en una parrilla con un secador, esta es la nuestra y tiene dos cervezas, calientes pero cervezas… no podemos dejar pasar la oportunidad, unos pintxitos buenísimos, y paseo de nuevo a descubir el pueblo.
Ya empiezan a abrir los comercios, encontramos un escenario donde unos chavales ensayan una actuación.
Si lleva boina y una camiseta del barcelona, que le vamos a hacer, de todo tiene que haber también en Vietnam.
Y este otro tenía un tio en Lekeitio casi seguro, que porte!
Suenan de pena, pero la verdad le ponen mucho interés.
Las fuerzas vivas vigilan la evolución de los ensayos, supongo que dentro de poco serán las fiestas del pueblo. A ver si celebran el Milagro.
Seguimos la visita, un café en una casa tradicional.
Visita al mercado, donde unos curran y otros juegan al villar, lo dicho, que país!
Vease el hombre cuidando al niño, los colegas en el billar, y el negocio, una carniceria…
Dudamos si cambiar nuestras motos por esta mototaxi, hecha con dos motos una silla de plastico de bar y sobre todo el detalle tecnológico de la carcasa de plastico de un televisor de culo como soporte para los focos delanteros. Seguro que nos dolería menos el culo.
y regreso al hotel. Hoy cenamos en el mismo hotel que tiene restaurante. Ayer nos tubieron que llevar en taxi al restaurante para cenar y luego traernos. Lo alucinante es que el hotel oferta media pensión y luego te hace dar un paseo pagado por la población.
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chulísima la mototaxi. Pasadlo muy bien