DAMARALAND camino de Ethosa
Día de tránsito salpicado con pequeños disgustos/mala leche.
Ya que ayer no pudimos llegar a las tiendas para realizar algunas pequeñas compras, y dado que dejamos la zona de costa y por tanto la más turística, decidimos salir un poco mas tarde de lo normal para estar a la apertura de los comercios. Luego se vería que no fue una idea muy brillante, pero en un primer momento y dado que nuestro destino era un hotel en ninguna parte, parecía una buena decisión.
Realizamos als compras y tras volver al hotel para buscar las maletas salimos hacial el norte. Al poco de tomar la pista, David me indica por la emisora que van a parar para cambiar de conductor. Según paro me dicen, «que es ese ruido?», otra vez he pinchado! por lo menos no he roto la cubierta porque se ha metido una piedra literalmente haciendo un boquete. De nuevo los trastos y a cambiar la rueda. Ya hemos arreglado la última así que tenemos varias de repuesto.
Tenemos intención de llegar a ver la Dama Blanca, un petroglifo bastante conocido. Cuando llegamos ya el sol está bastante alto. Lo primero es sacar la entrada. Es obligatorio guía, y no entendemos mucho porqué, rápidamente nos damos cuenta. La famosa dama está a una hora andando por las montañas al sol, y claro, diez minutos viéndola y otra hora de regreso. Asamblea! me temo que nuestro interés por la famosa dama no es tan intenso como para sufrir tanto.
Seguimos carretera después de haber hecho una hora de viaje entre la ida y la vuelta desde el cruce.
La carretera tiene varios puestos y algún poblado Himba. Es interesante ver los puestos de la carretera pero mañana visitaremos un poblado asi que seguimos carretera sin parar, parecen un poco agresivas en los métodos de venta y sinceramente, después de la mala leche con la Dama Blanca no estamos con fuerzas de pelear.
Paramos a comer en un camping perdido de la mano de dios.
No nos explicamos como ha acabado aquí un sudafricano con su mujer y varios niños. Como única diversión ver a sus perros que corretean de un lado a otro y un pájaro que no le gusta su reflejo en el espejo del coche y no hace más que darle picotazos.
Comemos una hamburguesa que nos preparan bastante discreta y jamón y queso que aún nos queda de casa. Ni comparar!
Cuando nos vamos a ir, dos chicas de Bilbao nos saludan y preguntan cuantos días vamos a quedarnos. dias? quedarnos? aquí? nos vamos ahora mismo!. Nos comentan que una amiga les ha reservado y les quedan dos días por delante de meditación. Seguro que lo hizo con la mejor intención pero… quizás en temporada alta se montan unas fiestas de alucinar, pero solas en la nada no lo veo muy interesante.
Seguimos carretera, los petroglifos de Twifelfontein cierran a las 16:00 y hay que andar también una horita, así que ya se nos ha hecho tarde y decidimos intentar ver algún elefante del desierto. Tras algunas indicaciones poco fructiferas consultamos con un trabajador de un Lodge cercano que con una propina se monta en nuestro coche y nos indica donde podemos ver una manada.
Son nuestros primero elefantes y aunque nos hace ilusión, aún nos pesa no haber podido visitar los objetivos que teníamos este día de recorrido.
Esperamos que mañana la visita al poblado Himba y Ethosa sean más productivos.