Hoy nos quedamos por la zona de Swakopmund. Vamos a visitar la Costa de los Esqueletos, al menos su primer tramo y Cape Cross, una colonia de focas enorme que esta relativamente cerca. Digo lo de relativamente porque en Namibia cerca son 100km y nos animamos enseguida pero nos llevará un tiempo llegar sobre todo teniendo en cuenta el estado de las carreteras.
Debo mencionar que el hotel elegido está genial. Las habitaciones son amplias y como siempre en Namibia especialmente limpias. No hemos podido sacar una pega a ningún hotel de los que hemos estado pero éste nos tiene una sorpresa preparada para el desayuno. Ostras y champagne. La verdad wue no nos apetecen nada y nos limitamos al clásico bacon, tortilla , café… Pero el detalle es sorprendente, mi primera impresión es que nadie desayunaría eso, pero enseguida me contradicen un grupo de jubilados que se ponen hasta las botas.
La carretera es mejor de lo que esperamos y vemos salinas a ambos lados de la pista. Varios puestos sin vendedor en los que ofrecen rocas de sal de diferentes formas y colores, nos dicen que aunque tengan puesto los precios no es algo demasiado valioso ni difícil de encontrar.
Llegamos a Cape Cross y tras pagar religiosamente la entrada vemos que la persona encargada de la zona protegida vende algunos artículos hechos con piel de foca. Realizamos al pregunta de rigor, «esta piel como se consigue?, hay comercio de la piel de las focas, nos dice que se saca de las focas muertas de forma natural, que el 25% de las focas mueren por ataques de chacales, u otros depredadores, nos vamos no muy convencidos de que sea muy correcto lo que vemos. Al llegar a colonia vemos que hay miles, muchas con crías, ya que ha sido la época de partos hace unos tres meses.
Huele terriblemente mal, la mezcla del olor natural de las focas, pescado muerto y también una gran cantidad de crías focas muertas, algunas que están siendo comidas por gaviotas, nos disuaden de permanecer mucho rato. Es interesante, pero hay que sufrir lo justo. Además la zona que está preparada para que los visitantes podamos comer está totalmente toma y no parece que sea fácil echarlas. Casi mejor…. nos vamos.
Seguimos dirección norte por la costa de los esqueletos hacia Torra Bay.
Comemos frente al mar, un lujo. Hacemos hasta café, y cuando ya nos cansamos de la costa totalmente llana, sin nada relevante, damos la vuelta, para parar en algún barco hundido y finalizar el día comprando algunos recuerdos en la ciudad, antes de que mañana abandonemos el mar de nuevo para dirigirnos a Damaraland.